Estamos viviendo un cambio: de la era industrial a la era de los servicios y ello produce un cambio de paradigmas, que transforma radicalmente las formas del trabajo.
La era industrial se caracterizaba por ofrecer a gran cantidad de personas, estabilidad en los puestos de trabajo, a través de la relación de dependencia que vinculaba a las mismas con sus empleadores.El empleo en esta era se consideraba "para toda la vida"! El trabajo brindaba seguridad y tranquilidad a quienes lo realizaban, pero las tareas eran repetitivas y sólo exigían las habilidades necesarias para su cumplimiento.
Actualmente, la era de los servicios ha cambiado totalmente la forma de trabajar. Se perdió en el olvido el trabajo para siempre y las contrataciones son múltiples y diversas para cada tipo de tarea.
La mayor parte de los trabajos, son por períodos cortos, tareas temporarias y de temporada y aún los mejores especialistas y profesionales son contratados por un período de tiempo, de acuerdo a cada proyecto.
Estas nuevas formas del trabajo, requieren personas creativas, innovadoras, flexibles, que asuman riesgos y que puedan adaptarse a los permanentes cambios del mercado.
La seguridad ha dejado su lugar a la competitividad y a la cooperación, que pone a nuestro alcance la posibilidad de ser mejor compensados en base a nuestras actitudes, aptitudes y conocimientos. El refran dice: "No hay mal que por bien no venga".
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